Esta tarde el “martes de café” se convirtió en una gran celebración, pues recibimos al nuevo campeón mundial supergallo WBC y a su familia quienes viajaron desde los Estados Unidos a México para recibir el cinturón verde y oro que ganó el sábado 15 de mayo al derrotar al entonces invicto Luis Nery, por supuesto nos referimos a Brandon Figueroa.
Para el nuevo monarca, la noche de ese sábado fue sumamente especial pues cristalizó el sueño por el que se inició en el mundo de los guantes ganando el cinturón más prestigioso: el verde y oro.
“Me siento muy bendecido y agradecido con todos los que han hecho posible que yo esté aquí.
Mi familia y yo hemos sacrificado muchas cosas, pero hoy puedo decir que todo eso ha valido la pena, vengo de una familia humilde, de padres que trabajaron duro para sacarnos adelante y eso me hace valorar aun más todo lo que tengo.
No tengo palabras con las que pueda expresar cómo me siento en este momento, estoy muy feliz y lleno de ilusión, y esto solo puedo corresponderlo siendo un digno representante del WBC y de México, pues me considero un hijo de la tierra azteca”.
Con las emociones a flor de piel llegó el momento que todos estaban esperando y de manos del presidente del WBC, Licenciado Mauricio Sulaimán, Brandon recibió el fajín verde y oro, así como el brazalete de campeón, un momento único que llevó a las lágrimas a su papá Omar, quien confesó que ver coronado por segunda vez a un hijo suyo es la satisfacción más grande que pueda experimentar.
Agregó que ver a sus ídolos del boxeo cono Humberto González, Pipino Cuevas, Carlos Zarate y Lupe Pintor, -quienes se dieron cita en este evento- es un sueño hecho realidad pues siempre los ha admirado, incluso confesó que de niño siempre soñó con ser boxeador; sin embargo, la vida lo llevó por otro camino: guiar a sus hijos a conquistar la gloría verde y oro.
Esbozando una enorme sonrisa, Brandon agradeció a todos el bellísimo recibimiento y hablando un perfecto español terminó su intervención con una contundente frase: ¡Viva México!
