Dana Paola Maldonado habla de lo lamentable que ha sido para ella que le arrebataran en lo oscurito el triunfo sobre Gloria Gallardo, se siente violentada, ultrajada y decepcionada que ya pensó en colgar los guantes
Isaac Guerra
En una noche que debería haber sido la cúspide de su carrera, Dana Paola Maldonado, la valiente boxeadora de Saltillo, Coahuila, se vio envuelta en una trama desalentadora, donde la Comisión de Boxeo de Rosarito le arrebató la victoria que con tanto esfuerzo había alcanzado.
Después de un deslumbrante desempeño que la llevó a noquear a Gloria Gallardo en el cuadrilátero de Rosarito, Baja California, Dana se enfrentó a un golpe aún más devastador fuera del ring. La Comisión, aparentemente influenciada por intereses ajenos al deporte, modificó el resultado, transformando una victoria merecida en un decepcionante «No Contest».
La desolación se refleja en los ojos de Dana Paola Maldonado, una joven de 19 años que ha dedicado su vida al boxeo. La tristeza, la desilusión, la impotencia y la abatimiento se entrelazan en su voz cuando relata cómo se sintió al enterarse de la injusta decisión. «La verdad que esto muchas veces llega a agüitar, como que te da para abajo que te hagan todo eso, porque uno se esfuerza, sabe el esfuerzo y sacrificio que hace uno para la preparación para ir a ganar que es la mentalidad y que salgan con una cosa de que no la van a subir o algo así, pues te da para abajo, piensas en que ya no es necesario seguir. Con todo es que hacen, hacen que uno se agüite, que diga qué caso tiene seguir así, peleando por nada», expresó con dolor.
El recuerdo del momento en que su puño conectó con su oponente y la mandó a la lona contrasta con la amargura de la decisión tomada posteriormente por la Comisión. «Sí, yo la vi mal, estuvo bien que el réferi la parara (la pelea), porque si le hubiera dado un golpe más hubiera sido más grave, el réferi hizo bien (en pararla), no entiendo por qué la molestia de ellos por haberla parado si están viendo bien lo que está pasando», recalca.
El cambio misterioso en el resultado no solo despoja a Dana de una merecida victoria, sino que también le plantea preguntas sobre la ética en el boxeo. «Se le podría llamar de muchas cosas, como un robo, o hasta ni nombre llega a tener por la vergüenza que da esto», comenta con pesar.
Incluso después de este golpe, Dana Paola Maldonado se niega a rendirse. Con determinación, envía un mensaje directo a la Comisión de Boxeo de Rosarito: «Les pido que acepten que perdieron, que la chequen la pelea, el nocaut ahí está y está cómo gané, vamos a seguir con la protesta para que se haga justicia porque no es justo que estén haciendo eso.»
La boxeadora, consciente de que ha sido privada injustamente de su triunfo, planea llevar su protesta ante el Tribunal de lo Contencioso y Administrativo de Baja California. «No sé cuánto se vaya a tardar esto, pero vamos a tratar de que se haga justicia por esa pelea, no importa el tiempo que sea pero vamos a tratar de que se haga justicia para que me la suban», afirma con firmeza.
Dana Paola Maldonado no está sola en su búsqueda de justicia. Con la mira puesta en el Consejo Mundial de Boxeo y la Fecombox, la joven peleadora busca apoyo para que su victoria legítima sea reconocida. «Tratamos de buscar que se haga justicia en esa pelea, que esos que me quitaron la pelea que vean lo que se hizo en el ring y lo que pasa abajo, que sacrificas a la familia por este deporte, ellos lo deben de saber porque tienen a la muchacha, deberían de entender», concluye.
En su lucha por la justicia, Dana Paola Maldonado demuestra que su coraje no solo reside en el ring, sino que se extiende más allá, hacia un mundo donde la integridad y el respeto por el esfuerzo de los atletas deberían prevalecer sobre cualquier otra consideración.