Isaac Guerra
Detrás de un gran hombre siempre existe una gran mujer, de eso no cabe duda, de hecho uno quisiera que nunca se fuera, sin embargo, ante los designios de Dios, no hay nada que pueda impedirlo, lo anterior lo digo por la sensible muerte de la señora Lupita, esposa del entrenador José Soto Jiménez de Reynosa, Tamaulipas.
Me tomo el atrevimiento de publicar esto porque es un dolor muy grande de la familia Soto haber perdido a una gran mujer que siempre estuvo al lado de su esposo, en las buenas y en las malas, la que se enamoró y le dio el sí a un personaje en su juventud, que ya padecía de una discapacidad, y eso no fue impedimento para lograr formar un hogar basado en el amor incondicional que se tuvieron ambos.
Ese hogar se formó basado en el cariño y amor que se profesaban tuvieron sus hijos y lograron salir adelante gracias a su don de gente que ambos mostraban, siempre amable la señora Lupita a las llamadas a su hogar para preguntar por el señor Joel o sus hijos, siempre detrás de su esposo en todo momento, nunca lo soltó de su mano, era su motor, su admiración y su máximo querer.
Joel platica poco de su vida, lo hizo con un servidor para dar palabras de ánimo, contando su historia, digna de una película, siempre mencionando que gracias a su amada esposa, logró sortear los más grandes obstáculos que le puso la vida misma, no tenía más que palabras de admiración y respeto.
Cuando Joel salía con sus peleadores al extranjero o algún estado del país, ella siempre estaba en comunicación, preocupada por él, apoyándolo en todo lo que necesitara, criando a sus hijos en todo momento, buscando hacerlos hombres de bien.
Hoy esta mujer habiendo cumplido con su labor en la tierra se va, pero deja un árbol familiar muy frondoso, un dulce recuerdo y una tristeza por su adiós a los que le quedan.
Descanse en paz, Lupita.
Boxaldia.com envía sus más sinceras comdolencias a la familia Soto.