El día de hoy lamentablemente la muerte le contó los últimos 10 segundos a la boxeadora hidrocálida Jeanette Zacarías Zapata, como consecuencia de las lesiones causadas en su pelea realizada el sábado 28 de agosto del presente año con la boxeadora canadiense Marie Pier Houle, en el Stade Iga, en Montreal, Québec, Canadá.
Que tristeza causa su partida, pues la muchacha de tan solo 18 años era tan joven y tenía un largo camino de vida que recorrer. Espero que el boxeo haya sido su mayor pasión (con sus carencias y virtudes), para cuando menos saber que se fue haciendo lo que más le gustaba.
El boxeo es un deporte de contacto y de alto riesgo de sufrir lesiones, incluso aquéllas que como en este caso pueden causar la muerte, y que cuando todos los involucrados cumplen bien con su función, tales lesiones, incluso las que causan la muerte, no son sujetas de castigo del derecho penal, pues se les considera lesiones causadas por motivo del deporte.
En el caso de esta boxeadora, es evidente que fue una pelea muy desigual la que sostuvo con la canadiense, que la superaba en todos los aspectos: tamaño, peso, récord, recursos boxísticos y muchos otros conceptos más. No es el caso buscar culpables en este momento, pero tales hechos tan lamentables en donde exista una enorme superioridad de un boxeador hacia el otro ya no deben seguir sucediendo.
Estamos errando en aprobar peleas tan desiguales, en donde no solamente las comisiones y organismos de boxeo tienen su responsabilidad, sino también toda aquella persona que de alguna forma u otra se encuentra involucrada en la confección de la pelea, desde el propio peleador que sabe que no está en condiciones de realizarla, su entrenador y representante que a sabiendas de ello le proponen tomar la pelea, hasta las promotoras y sus matchmaker que por la naturaleza de sus actividades y la experiencia en el ramo saben que un combate debe o no celebrarse por mediar una enorme desigualdad entre los contendientes.
La pregunta obligada a hacerse es: ¿Se debe hacer algo al respecto o las cosas deben continuar igual? Un aspecto que no debemos perder de vista, pero que no los exime de su propia responsabilidad, es que en la mayoría de los casos en que los boxeadores adquieren el alto riesgo de tomar esas peleas tan desiguales, media ignorancia y extrema necesidad económica que los lleva a asumir el alto riesgo físico y mental que su decisión conlleva. ¿Qué podemos esperar de México si tal encuentro fue aprobado por una comisión atlética de Canadá? ¿Qué pueden aportar a la causa los altos organismos internacionales rectores del boxeo profesional? Son preguntas que pongo a la consideración de todos los involucrados en el medio boxístico.
Lo único que puedo pedir en este momento es que hagamos un acto de conciencia y que todos los que de alguna forma u otra estamos involucrados en la producción de una pelea de boxeo profesional, cumplamos con la responsabilidad que nos corresponde y que no permitamos combates con alto grado de desigualdad como en el que tristemente causó la muerte de la joven boxeadora Janette Zacarías, y sobre todo que no se nos olvide a los pocos días de tan desafortunado accidente.
Somos humanos y por ello susceptibles de negligencias, pero si en la mayoría de los casos procuramos cumplir con nuestra responsabilidad al tomar, aprobar, sancionar y realizar peleas de boxeo con la diligencia que amerita, evitaremos en mayor medida lesiones y la pérdida de vidas humanas como la de la boxeadora Jeanette Zacarías, a quien le deseamos que Descanse en Paz y que su familia tenga la fortaleza necesaria para soportar y reponerse de su lamentable ausencia.