Isaac Guerra
El editor de BoxRec ha provocado controversia al enviar comunicaciones contradictorias a través de grupos de WhatsApp de presidentes de comisión. Desde su rol como «Réferi Internacional», Alberto Ramos expresó preocupaciones sobre la seguridad de los peleadores, citando a Ricardo Arce como un caso problemático en una precartelera. Sin embargo, la falta de transparencia en la fuente de su información y la aparente injerencia en decisiones de comisión han generado confusión y críticas.
El mensaje inicial de Ramos sugiere una preocupación legítima por la integridad deportiva, pero su omisión deliberada sobre el origen de la información ha levantado sospechas. Al afirmar que «por cuestiones confidenciales» no puede revelar la fuente, mientras insinúa que es de su estado natal, Baja California (aunque nació en California, Estados Unidos), se cuestiona su ética profesional y su verdadero papel en el proceso regulador del boxeo.
Además, su declaración de respetar la autonomía de las comisiones contrasta con su supuesta obligación de informar, lo que ha sido percibido como una contradicción. Aunque BoxRec es una herramienta de registro importante, su autoridad para influir en las decisiones regulatorias sobre quién puede o no pelear es cuestionada, especialmente cuando se trata de un boxeador con un récord y condiciones físicas debatibles como Ricardo Arce.
En última instancia, la autorización para pelear recae en la autoridad competente de cada comisión, bajo criterios específicos y fundamentados. El debate sobre la participación de boxeadores con récords desfavorables o inactividad prolongada debe ser gestionado conforme a las normativas legales y reglamentarias vigentes, no por decisiones unilaterales de registros como BoxRec.
Es fundamental que los procesos de toma de decisiones en el boxeo respeten tanto la seguridad de los competidores como los derechos laborales, sin interferencias indebidas que comprometan la integridad del deporte.