Isaac Guerra
En una noche histórica en la T-Mobile Arena de Las Vegas, Saúl ‘Canelo’ Álvarez demostró una vez más su valentía al enfrentarse a Jaime Munguía y retener sus cuatro títulos mundiales de peso supermediano de la AMB, OMB, CMB y FIB.
Bajo la máxima de «Retroceder nunca, rendirse jamás», el Canelo plantó cara a su oponente desde el primer campanazo, manteniéndose firme en el ring y demostrando por qué es considerado uno de los mejores libra por libra del mundo.
Desde el inicio, Munguía mostró su estilo agresivo y rápido, buscando presionar al Canelo y llevar la pelea a su terreno. Sin embargo, el Canelo, con su experiencia y habilidad, supo controlar el ritmo del combate y encontrar sus oportunidades de golpeo.
Fue en el tercer asalto cuando el Canelo comenzó a imponer su dominio. Golpeando los brazos de Munguía y buscando abrirse camino con golpes precisos, el Canelo encontró su momento en el cuarto asalto con un espectacular uppercut que mandó a Munguía a la lona. A pesar de la valentía de Munguía al levantarse, el Canelo continuó presionando y dominando la pelea.
A lo largo de los siguientes asaltos, el Canelo demostró su maestría en el ring, conectando golpes contundentes y manteniendo a raya a Munguía. A pesar de los esfuerzos de Munguía por revertir la situación, el Canelo se mantuvo en control y al final los jueces entregaron tarjetas de puntuación de 117-110, 116-111 y 115-112 a favor del Canelo, quien así retuvo sus cuatro títulos mundiales de manera unánime.
La actuación del Canelo fue elogiada por su técnica y estrategia, demostrando una vez más su calidad como boxeador. Por su parte, Munguía mostró coraje y determinación, y aunque esta vez no pudo conseguir la victoria, sin duda ha ganado experiencia y seguramente volverá más fuerte en el futuro.
Con esta victoria, el Canelo continúa escribiendo su leyenda en el boxeo, consolidándose como uno de los grandes campeones de la actualidad y dejando claro que está dispuesto a enfrentar a los mejores para mantenerse en la cima del deporte.