Hoy se cumple un aniversario más del épico triunfo de Juan Humberto Garza ante César Soriano que metió 7 mil aficionados y dejó cientos afuera coronándose Campeón Nacional Ligero
Isaac Guerra
El 19 de agosto marca un capítulo histórico en la vibrante historia del boxeo de Nuevo León. Hace 18 años, el carismático Juan Humberto ‘Ringo’ Garza se convirtió en un ídolo sin igual en la escena pugilística de la región. Un hito que resonaría por su poder de convocatoria incomparable, catapultando su nombre a la cima y grabando su legado en letras de oro.
En una hazaña sin precedentes, ‘Ringo’ Garza consiguió lo que nadie más había logrado: llenar la icónica Arena Coliseo de Monterrey. Esta hazaña se ha arraigado en la memoria colectiva del boxeo local, un logro que perdura en el tiempo como un recuerdo imborrable.
El enfrentamiento que sellaría su nombre en la historia del boxeo tuvo lugar contra César Soriano. En una batalla épica por el Campeonato Nacional de Peso Ligero, ‘Ringo’ se alzó con la victoria por decisión dividida, una pelea que mantuvo al público al borde de sus asientos y con los corazones latiendo al ritmo de cada golpe.
La Arena Coliseo estaba colmada hasta los bordes, una multitud apasionada que se congregó para ser testigo de un momento histórico. La función, organizada por Promociones El Jefe bajo el liderazgo de Rosalío Avilez, marcó un antes y un después en la historia del pugilismo local. Avilez, considerado como el padre de la nueva era del pugilismo en Nuevo León, sentó las bases y puso la primera piedra para la construcción de la carretera por la cual hoy transitan todos los involucrados en el boxeo profesional. Su visión y pasión por el deporte abrieron las puertas para que figuras como ‘Ringo’ pudieran brillar en la escena nacional.
Infinidad de camiones vinieron desde Cadereyta, Nuevo León, la tierra de este personaje que iba a ser el primero en disputar un campeonato nacional desde la era pasada en la cual hubo varios como Panchito Villa y José Gallegos por mencionar algunos.
Hubo gente que se quedó afuera, el inmueble estaba a reventar, no cabía un alma, era toda una fiesta que hasta al mismo Ringo lo sorprendió y lo hizo estremecer con el apoyo recibido. “Fue muy bonito salir y ver todo lleno, en ocasiones sales y ves poca gente y hasta volteas a ver quién vino, en esta ocasión no sabía ni para donde voltear. “Te motiva tanto que hay que salir a morirse en la raya a sacar la casta”.
Boxaldia visitó a Garza en su gimnasio, ahí estaba presumiendo el cinto que ganó en esa ocasión, lo agarra de su maletín donde lo guarda celosamente, se pone el short con el que peleaba y aún le queda, se faja el cinto y parece evocar esa pelea.
Recuerdo que estaba en el ring y sonó la campana, «Pablo me entrenó como nunca, me tenía bien afilado y me mandaba a moverme y atacar, decía que así se ganaban los campeonatos, con esa pasta de campeón y que yo la tenía. Yo no tenía pensado regresar a Cadereyta con las manos vacías, Soriano aguantaba y cuando lo tumbé, pensé que ya era mío, pero no, se levantó y seguimos la pelea, fue muy dura pero la gané por decisión dividida, la verdad yo siento que gané 9 rounds y todavía lo tumbé, aunque él decía que se la habían robado, pero no fue así.
«Me emocioné bastante, recuerdo que hasta Pablo Silva estaba bien contento, era su primer campeón y fui su único campeón nacional, también yo muy agradecido con el señor Rosalío Avilez ‘El Jefe’ que me abrió las puertas y nunca me exigió nada, fue puro apoyo, me hizo una defensa del campeonato aquí en Cadereyta con Óscar Tinajero el 3 de marzo del 2006.
«Sin duda ese momento en la Arena Coliseo el 19 de agosto del 2005 es inolvidable para mí y no me queda más que darle las gracias a todos los que hicieron eso posible».
Vale la pena mencionar que ya pasaron 18 años de ese momento y es fecha que nadie ha logrado llenar una arena
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