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La Trágica Muerte de Dylan Nahum Gutiérrez Saucedo

En el boxeo no hay culpables, son ‘accidentes’ justificados con el tema de ‘es deporte de riesgo’

En Ciudad Juárez, la muerte prematura de Dylan Nahum Gutiérrez Saucedo, un adolescente de 17 años, ha desencadenado una profunda investigación por parte de la Fiscalía de Distrito Norte. El joven, apasionado por el boxeo, perdió la vida tras ser utilizado como sparring por un boxeador profesional dentro del Oasis Gym el pasado 29 de mayo.

Según Lorenzo Soberanes Maya, ex presidente de la Comisión de Boxeo local, Dylan fue puesto en el ring contra un boxeador de 35 años, significativamente más experimentado y con una notable ventaja física. Este entrenamiento, destinado supuestamente a preparar al profesional, resultó en severas lesiones para Dylan, quien ingresó inconsciente al hospital y fue declarado muerto el 11 de junio debido a un traumatismo craneoencefálico, según la necropsia realizada.

Las autoridades han iniciado una investigación integral para determinar si existen fundamentos para procesar a los responsables. Sin embargo, las preguntas de la familia de Dylan permanecen sin respuesta: ¿Por qué el entrenador colocó a un adolescente contra un oponente tan desigual? ¿Por qué se borraron las imágenes del entrenamiento de las cámaras de seguridad del gimnasio? ¿Y por qué el gimnasio continúa operando sin consecuencias?

Soberanes Maya ha destacado la peligrosidad de prácticas como el sparring, especialmente cuando se involucra a menores, describiéndolo como un método inapropiado y riesgoso que debería ser erradicado de los gimnasios que entrenan tanto a profesionales como a aficionados.

En palabras de Soberanes Maya, «es sumamente lamentable que la anarquía en el deporte cobre una vida más, además de las lesiones y casos de acoso que se llegan a presentar ante la ausencia de la sensibilidad política y falta de capacidad de las autoridades municipales». Además, agregó que «el sparring es un proceso que se usa durante la preparación del boxeador. Los boxeadores pelean con careta para entrenar golpes, es un método que en ocasiones es muy bien pagado por el daño que genera al ‘sparring’. En los gimnasios, como éste, usan a los adolescentes de manera indebida porque ni siquiera es por preparación para ellos, es sólo para entrenamiento para una pelea para el boxeador profesional”.

La tragedia de Dylan Nahum Gutiérrez Saucedo subraya las fallas en la supervisión y regulación deportiva local. La falta de vigilancia y protocolos de seguridad adecuados en los gimnasios, junto con la indiferencia de las autoridades municipales, han permitido que situaciones tan trágicas como esta se repitan.

Es evidente que se requiere un cambio urgente para establecer estándares de calidad y seguridad que protejan la integridad de los deportistas jóvenes. Las lecciones de este caso deben ser aprendidas y actuar como un llamado a la acción para reformar las prácticas deportivas en Ciudad Juárez. Dylan Nahum Gutiérrez Saucedo merece justicia, y su memoria debe servir para asegurar que tragedias como esta nunca vuelvan a ocurrir.