
Por Isaac Guerra
La tensión en Mexicali, Baja California, está a punto de estallar. A tan solo unos días de la supuesta función de boxeo programada para el 18 de abril en la Plaza de Toros Calafia, el evento se tambalea entre la desorganización, la falta de transparencia y la negligencia administrativa, mientras la Comisión de Boxeo, encabezada por Orlando Castillo, intenta contener el escándalo que ya se siente en el aire.
Aunque en redes sociales circula un cartel que anuncia 14 peleas, la realidad dista mucho de ser sólida: apenas 3 combates están «armados», y algunos de los boxeadores están suspendidos o no cuentan con el aval médico, lo que los hace inelegibles para subir al ring. A pesar de esto, el promotor Carlos Adams ya promueve la cartelera y —según diversas fuentes— incluso se están ofreciendo boletos, aunque Castillo asegura que no hay autorización alguna.
“No tenemos nosotros autorizada ninguna función hasta el momento. Supimos que programaron más peleas y que publicaron un cartel que no ha sido autorizado. En este momento, yo te digo que no hay ninguna función de boxeo programada”, declaró tajante Orlando Castillo a Boxaldia.com, tras varios intentos previos por contactarlo.
El funcionario fue más allá: desmintió por completo que haya una cartelera oficial e incluso negó que se haya recibido alguna solicitud formal por parte del promotor. “Yo no he visto que vendan boletos. Si alguien llega y se queja de que ya los tiene en mano, entonces sí hablaríamos con los promotores, porque no estamos autorizando ninguna función”.
Las alertas no son menores. Se mencionan peleadores suspendidos, como Yadira Hernández, quien no puede volver al ring en menos de 30 días, y otros con problemas médicos delicados, como Óscar ‘El Perro’ Mora, retirado desde hace dos años por cuestiones cardiovasculares. A eso se suma la ambigüedad sobre el estatus de combates como el de Víctor Ortiz vs. Jorge Páez Jr., sin que se aclare si será un enfrentamiento profesional o de exhibición.
La situación huele a repetición del desastre ocurrido el pasado 29 de marzo, cuando una velada parecida fue duramente criticada por el comportamiento del público y la deficiente organización. Hoy, la función de abril corre el riesgo de convertirse en una nueva mancha para una ciudad que, por años, trabajó para mantener la seriedad en sus eventos boxísticos.
Para colmo, funcionarios municipales ya han externado su inconformidad con la realización de carteleras tan extensas en una sola noche, lo cual podría convertirse en un peligro para la integridad de los atletas, además de afectar la imagen institucional de la plaza.
Orlando Castillo, por su parte, asegura que esta vez no cederá: “Ya no habrá más ‘winning tourism’. Vamos a trabajar para salvaguardar la actividad física de los boxeadores, como siempre lo hemos hecho desde que esta administración inició”.
Pero las dudas persisten. Hay quienes afirman que en la anterior función, Orlando fue presionado para avalar el evento por compromisos políticos, una sombra que todavía se cierne sobre su figura y sobre la legitimidad de su labor como presidente de la Comisión.
¿Cumplirá Castillo su palabra esta vez o se volverá a doblar ante intereses externos?
El tiempo corre. Faltan apenas unos días y la incertidumbre sigue creciendo. Mexicali está, otra vez, en el ojo del huracán