
Isaac Guerra
Mucha gente se pregunta, ¿Qué pasó con Ramiro González?, desde el año pasado,, Ramiro, un reportero de deportes y ex director de Relaciones Públicas de Golden Boy Promotions, desencadenó un conflicto legal que puso en tela de juicio la idea de lealtad en el mundo laboral. Contratado en 2007 por el ex campeón mundial de boxeo Oscar De La Hoya, González siguió de cerca la carrera de este último, desde sus días como amateur hasta su ascenso como profesional. Sin embargo, su relación laboral llegó a un abrupto final cuando González fue despedido sin previo aviso ni despedida formal.
González, nativo de Michoacán y reconocido por su trabajo en medios como La Opinión de Los Ángeles y diversos diarios mexicanos, acusó a De La Hoya de no cumplir con las promesas de cuidarlo financieramente de por vida con un trabajo garantizado. En una demanda, Ramiro hizo algunas insinuaciones donde sugería haber encubierto la «conducta inapropiada» y el «comportamiento ilícito» de De La Hoya u realmente si alguien lo conocía bastante bien era él, en una charla en Puerto Rico, reveló a este medio algunas situaciones personales del Golden Boy que nos reservamos el derecho de mantener ocultas.
La demanda, presentada ante el Tribunal Superior de Los Ángeles, detalla el supuesto sufrimiento emocional y la pérdida de salarios que González supuestamente ha experimentado como resultado de su despido. La audiencia inicial se presentó 5 de enero de 2024, y el acuerdo no llegó a la corte, el juez encargado del mismo fue Gregory Keosian y el abogado de Ramiro fue Ralph M. Rios de la firma Rios & Associates INC.
La prensa mexicana, que siempre vio a González como una figura controvertida debido a su supuesto trato preferencial hacia ciertos medios y su rol en tapar los escándalos de De La Hoya fuera del ring, desconocía la situación de su salida, hasta que boxaldia.com decidió investigar el caso. Aunque no se ha confirmado si hubo un acuerdo entre las partes en enero, la historia de González sirve como recordatorio de que, en el mundo laboral, la lealtad no siempre es correspondida y la fidelidad puede volverse en contra de quien la muestra.
La figura de Ramiro surgió a escena luego del incidente de Saúl «Canelo» Álvarez durante una conferencia previa a su pelea con Jaime Munguía, al confrontar a De La Hoya, diciéndole que todo lo que había dicho había sido escrito por la gente detrás de él.
Ahí es donde echando una mirada al pasado se confirma que Ramiro González, apoyado por Hesiquio Balderas, era quien se encargaba del «trabajo sucio» en Golden Boy Promotions al denigrar con notas a sus rivales en el sector empresarial como en su caso fue Al Haymon.
También se supo de un caso, donde el manager Frank Espinoza le prometió a González pagar la hipoteca de su casa si lograba que Álvarez firmara con él. González le entregó la tarjeta a Álvarez, quien de inmediato le dijo a su entrenador, Chepo Reynoso, de las intensiones de Ramiro, a lo que el tutor del tapatío le dijo al periodista que no anduviera haciendo eso y le regresó la tarjeta, pues ellos estaban firmados con Oscar de la Hoya, demostrando la fidelidad y la palabra del tapatío. Este incidente, aunque no trascendió en su momento, llegó a oídos de De La Hoya.
Este caso ejemplifica cómo la deslealtad en el mundo del boxeo puede tener consecuencias impredecibles. González, quien no encontró una pluma amiga que lo apoyara, enfrenta ahora las consecuencias de su propia conducta, marcada por el desdén hacia la prensa mexicana y un comportamiento arbitrario y autoritario con los medios aztecas. En el mundo del boxeo, al igual que en la vida, cada quien recibe lo que merece, y este caso es un recordatorio de que la fidelidad y la integridad son valores fundamentales, incluso en un ambiente tan competitivo como el del deporte de contacto.