El boxeador profesional y el cantante, ambos de Colombia han sufrido para alcanzar sus metas ante las adversidades en el boxeo y en e ambiente artístico
Isaac Guerra
En los rincones de Colombia, dos historias entrelazadas, las de el boxeador Pablo Miguel Carrillo Ramírez y el cantante Omar Geles, comparten similitudes que resuenan en la letra de “Los Caminos de la Vida”. La vida, a menudo, nos enfrenta a caminos inesperados, y estos dos hombres, cada uno en su propio campo, han lidiado con los desafíos con valentía y determinación.
Así como la canción relata, Pablo, al igual que muchos, creció con la creencia de que la vida sería más fácil. Sin embargo, la realidad le presentó un camino marcado por la violencia y la necesidad de huir para preservar la vida de su familia. Su viaje desde El Copey hasta Barranquilla refleja la lucha por encontrar la salida en medio de la adversidad.
Omar Geles, a través de su composición, encapsula la esencia de esos caminos difíciles. La letra expone la percepción inicial de la vida, la ilusión de la infancia que choca con la cruda realidad. La canción se convierte en un eco de las experiencias de aquellos que, como Pablo, han tenido que enfrentarse a situaciones difíciles y aprender a navegar por esos caminos impredecibles.
Ambos, en sus respectivos campos, han sentido la responsabilidad de retribuir a quienes les dieron la vida. La letra de Geles expresa el deseo de compensar a los padres por el esfuerzo y sacrificio, una motivación que resuena en la determinación de Pablo por construir un futuro mejor para su familia.
“Los Caminos de la Vida” no solo es una canción; es un eco de las luchas y victorias de aquellos que enfrentan la complejidad de la existencia. Tanto en el ring como en la música, Pablo y Omar encarnan la resiliencia, el deseo de superar obstáculos y la búsqueda constante de la salida en los intrincados caminos de la vida.
