
Isaac Guerra
En un triste jueves, el universo de la lucha libre mexicana se estremeció con la devastadora noticia del fallecimiento del respetado promotor regiomontano, Carlos Elizondo. Con una carrera que abarcó más de cinco décadas, Elizondo dedicó su vida al arte del pancracio, dejando una marca imborrable en el corazón de la comunidad luchística y en la historia del deporte.
A través de su pasión incansable, contribuyó significativamente al crecimiento y la evolución de este apasionante mundo.
Carlos Elizondo, una figura emblemática en la lucha libre, transformó la Plaza de Toros Monumental Lorenzo Garza en un escenario legendario donde se libraron inolvidables batallas.
En este recinto, luchadores de la talla de Santo, Blue Demon, Mil Máscaras, Latin Lover, Los Brazos, Supermuñeco, El Matemático y Rayo de Jalisco, entre otros, forjaron su legado en enfrentamientos épicos y emocionantes.
La pasión y la energía que Elizondo infundió en cada evento se tradujeron en experiencias inolvidables para los fanáticos de todas las edades.
La carrera de Carlos Elizondo también se destacó por ser un impulsor de luchas de apuestas de máscaras, que se convirtieron en eventos emblemáticos y sumamente anticipados. Las legendarias rivalidades entre Los Villanos y Los Brazos, así como los enfrentamientos entre Blue Demon y El Matemático, y posteriormente con El Rayo de Jalisco, son testimonios de su habilidad para crear momentos memorables que trascienden el tiempo.
En sus últimos años, Elizondo continuó siendo un pilar de la lucha libre al llevar su pasión y visión a la Arena Coliseo de Monterrey.
Sus eventos dominicales tradicionales y los inolvidables Martes Nice mantuvieron viva la llama de la lucha libre en la región, mostrando su dedicación inquebrantable a un deporte que amaba profundamente.
Hoy, mientras el universo de la lucha libre se une en luto, recordamos con cariño y gratitud a Carlos Elizondo.
Su legado perdurará en las páginas doradas de este deporte y en los corazones de los aficionados que fueron inspirados por su pasión y compromiso.
En cada máscara que se levanta en el ring y en cada ovación apasionada, su presencia y su impacto seguirán vivos.
Descanse en paz, querido promotor, sabiendo que su influencia continúa resonando en cada pelea, en cada arena y en cada corazón que late al ritmo de la lucha libre.