Isaac Guerra
Foto: El Sol de Tijuana
Hace 35 años, el 1 de agosto de 1988, este talentoso mexicano doble campeón mundial de peso Gallo y Supergallo, dejó al mundo del boxeo boquiabierto al derrotar a Wilfredo Vazquez en el Great Western Forum, de Inglewood.
Aquel día marcó el inicio de una carrera meteórica, convirtiéndose en uno de los primeros pugilistas televisados en la nueva era del deporte de los puños.
Con una garra indomable, Pérez defendió con éxito su cetro Gallo del Consejo Mundial de Boxeo en siete emocionantes ocasiones, una de ellas en una contienda épica que terminó en empate. Enfrentó a verdaderos titanes como Lucio “Metralleta” López, protagonizando una carnicería que aún es recordada como una de las mejores contiendas de campeonato.
El camino de gloria no estuvo exento de desafíos. Raúl tuvo encarnizadas batallas con rivales de la talla de Cardenio Ulloa, Diego Avila, Gaby Cañizales, Gerardo Martínez, José Valdez y Caneelario Carmona.
A pesar de su férrea determinación, la faja del título Gallo se escapó de sus manos en un enfrentamiento contra Greg Richardson.
Pero la valentía de “El Jibaro” no conoció límites. El 7 de octubre de 1991, se alzó nuevamente con una oportunidad de campeonato, esta vez por el cetro Supergallo de la Asociación Mundial de Boxeo. Con una actuación magistral, venció a Luis Mendoza por decisión unánime, pero una revancha contra Wilfredo Vazquez puso fin a su reinado al caer por nocaut.
Aunque nunca recuperó esa oportunidad, Pérez dejó un legado imborrable en el boxeo.
Su despedida del cuadrilátero llegó el 18 de agosto del 2000, con una derrota ante Hector Velázquez.
Pero su historia no terminó ahí, pues “El Jibaro” se convirtió en mentor y entrenador de futuras promesas del pugilismo, compartiendo sabiduría y experiencia adquiridas en el ring.
Hoy, Raúl Pérez brilla como promotor en Tijuana, siendo reconocido por su dedicación y pasión por el deporte que lo hizo leyenda. Su legado sigue vivo y es una fuente de inspiración para las nuevas generaciones que sueñan con dejar su propia huella en el mundo del boxeo.