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¿Y DÓNDE ESTÁ EL PRESIDENTE?


Isaac Guerra
En un recorrido realizado por personal de este medio de comunicación a las instalaciones del complejo donde se encuentra el lugar conocido como Ciudad Deportiva de Monterrey, Nuevo León, con domicilio conocido, se acudió con la finalidad de encontrar las oficinas del presidente de la Comisión de Boxeo con el propósito de entrevistarnos con él, para solicitarle información pública relacionada con el ejercicio de su función al frente de la dependencia municipal, particularmente, el motivo por el cual, durante toda su estancia en el puesto, prácticamente no ha habido funciones de boxeo profesional.
La gran sorpresa que nos encontramos en el recinto es que no se encontraba presente el presidente, Lic. José Luis López Martínez, quien en su currículum se ostenta como licenciado, por tal motivo se señala como tal.
Inclusive, su oficina se encontraba cerrada, por lo tanto, acudimos enseguida en otra oficina pequeña donde se encontraba la secretaria administrativa, La señorita Adriana Valenciano, que amablemente nos recibió.
La pregunta obligada:
¿Se encuentra el Lic. José Luis López?
La respuesta fue contundente:
“No está”
¿A qué hora puedo localizarlo?
“No lo sé, no tiene hora”.
¿Entonces, que día puedo verlo?
“No sé”.
Vimos cierto nerviosismo en el rostro de la joven, fue cuando se le hicieron otras preguntas sobre el funcionamiento de la Comisión de Boxeo de Monterrey, que de acuerdo con el reglamento en su Artículo 3, dice lo siguiente.
“La Comisión estará constituida por los siguientes cinco miembros propietarios con sus respectivos suplentes:
I. Un Presidente
II. Un Tesorero
III. Tres Vocales.
Los Suplentes no tendrán voz ni voto en las juntas o Asambleas a las que asistan sus respectivos Propietarios”.
Sabemos quién es el presidente de la Comisión, pero ¿quién es el tesorero?, ¿quiénes son los tres vocales?, ¿quiénes son los suplentes del presidente, del tesorero y los vocales?.
La respuesta fue la misma, no tenía conocimiento de ninguno de ellos, ni siquiera un nombramiento, lo que indica que la Comisión de Boxeo de Monterrey, efectivamente tiene un presidente, pero no cuenta con una comisión formalizada.

LA VISITA
La visita dio inicio este miércoles 22 de febrero a las 11:36 de la mañana, y entre una breve charla con la secretaria, con las preguntas simples y sencillas sobre el sistema operativo de la Comisión de Boxeo Profesional, notamos que estaban instalados en dos pequeños cuartos que a lo mucho medía 6 metros de largo por 3 de ancho que se hacían dos oficinas.
La oficina de la secretaria con ventana y puerta, un escritorio, archiveros en un costado, muy apenas se puede andar, la oficina contigua con dos puertas metálicas, ese es el despacho del Lic. José Luis López Martínez, se veía por debajo muy sucia, como si nadie se hubiese parado en la misma durante semanas, pues ni siquiera se le hace el aseo.

BODEGA DE MANTENIMIENTO
La duda es el por qué, si Monterrey es una potencia en cuanto al boxeo por su gran capacidad de celebrar eventos, siendo una de las plazas más importantes del país, no tuviere un recinto digno para una dependencia que le cuesta entre sueldos aproximadamente 40 mil pesos mensuales y no recupera prácticamente nada.
Tras un breve recorrido una persona quien dice trabajar en el área de mantenimiento del municipio y quien pidió el anonimato para no tener problemas de ninguna índole, charla con un servidor, en un momento en que la señorita Adriana fue al tocador, y revela que esos dos cuartitos eran ocupados como bodega de mantenimiento, no están adecuados para ser oficinas.

MUCHO POR DESCUBRIR
Ya adentrados en la charla, platicamos con demás personal que también manifestó trabajar en el municipio, uno de tantos dijo que sabía que habían hecho oficinas de boxeo, y empezamos a interactuar más directo.
¿Oiga, sabe quién es el presidente de la Comisión de Boxeo?
“No, creo que no hay, por eso la trajeron para acá”.
¿De verdad no sabe quién es?
“No, bueno pues yo no he visto a nadie y eso que aquí ando todos los días, veo que vienen algunos muchachos, pero vienen con la secretaria”.
Bueno, tal vez es algún despistado que ni atención pone, pero luego reacciona y dice: “aquí viene un muchacho con su papá a entrenar, ahí enseguida de los baños, ahí donde están esas llantas, viene en un triciclo, y entrena con lo que trae, el muchacho es peleador profesional, se llama Jonathan Pérez le dicen ‘El Cavernícola”.
Tal aseveración dice que sí es observador, le gusta el boxeo, hasta ahí nada más, en eso pasa otra persona y le habla; “Eh wey, ven”, el joven llega, saluda y le dice, “qué onda”, “¿oye sabes quién es el presidente de la Comisión de Box?”, le pregunta y este contesta: “Sí wey, es el ‘maistro’ del sombrerito, el aviador”.
¡Oh sorpresa!, ya hasta calificativo, ‘El Aviador’, “No jala wey, nomas viene cuando quiere, ahí la raza tiene el registro de que no vino a trabajar en un mes y ni trabaja, no viene”.
De lo que se entera uno en el recorrido sigiloso, que continúa por algunas otras partes, no hay lugar para llevar a cabo una ceremonia de pesaje, seguimos hasta encontrar a un personaje que inclusive es viejo conocido.
Nos saludamos, platicamos y en la charla es el tema obligado, la Comisión de Boxeo de Monterrey.
“Nos la echaron para acá, de repente llegó una mudanza y a acomodar todo, eso sí, el presidente nunca vino, ahí andaba la secretaria moviendo todo, les quitaron las oficinas que tenían porque iban a capacitar jueces calificadores y ya no existen, ahora están vacías esas oficinas”, dice.

APADRINADO POR PEPE MAIZ
El personaje sigue hablando, manifiesta que en las pocas veces que ha acudido a la oficina el Lic. José Luis López ha escuchado pláticas que este sostiene cuando lo visitan, en donde argumenta lo siguiente:
“El señor dice que está bien respaldado por Pepe Maiz, sí el de Sultanes, que es su amigo, él lo recomendó, pero el que lo metió fue Sergio Castruita, todo es político, pero a nosotros ni nos afecta, yo mi trabajo ya es de años aquí, incluso, estoy sindicalizado al igual que mis otros compañeros, esto es común que se nos dé en estos puestos, aunque déjame te digo que el de la lucha libre, un tal Carlos Estrada no lo quiere, él quería meter a una persona de su confianza”, asegura.
Los candidatos siempre fueron Javier Camacho Treviño, Miguel Vargas, Sergio Hernández y hasta Humberto Treviño (QEPD), a pesar de que se recibieron sus currículums, se ventila que Carlos Estrada se encargó de no recomendar a ninguno.

En ese justo momento se escucha un voz de otro de sus compañeros de trabajo y de forma sarcástica y hasta cierto punto con molestia, dice:
“El señor José Luis López, se sacó la rifa del Tigre, pues no viene a trabajar, no checa huella, y me atrevo a decirte que ni siquiera tiene registrada su huella en el padrón de empleados municipales, hasta carro de servicio tiene y es para sus vueltas, recibe bono de gasolina, eso te lo digo porque yo estoy familiarizado con eso, pues también estoy sindicalizado y se de todas las prestaciones que reciben nuestros jefes. Ya alguien está investigando eso, porque anteriormente han venido otras personas a pedir información del presidente de la Comisión».

ESTÁ BIEN PARADO
José Luis no lo esconde, pues a este medio le consta que abiertamente acepta que su puesto se lo deben, que la indicación que le dieron es hacer caso omiso a las críticas, al cabo no hay quien le haga sombra.
“Él mismo lo pregona, que Ervey Cuéllar no le puede decir nada, que su puesto no se lo debe a él, tampoco a Agustín Basave Jr., dice que siempre han sido allegados, ‘yo le cambiaba los pañales, su papá tenía siempre una gran amistad conmigo’.

A este medio le llegó información de que cuando el señor José Luis López regresó de la Convención del CMB, venía decepcionado y echando madres.
Dijo que no lo dejaron ser, también les dijo a sus superiores que le habían bendecido su juramento al boxeo por más de 360 países, lo cual es falso y evidencía un delirio de su personalidad con su conducta y proceder mitómano.

LA DESPEDIDA
Ya pasaba de medio día, eran las 13:11 y el recorrido y las charlas eran recurrentes, regreso a donde estaba estacionado mi auto; ahí estaba Adriana a un lado de un árbol donde colgaba un trapeador secándose.
Me despido amablemente de ella y me dice, “¿Pues donde andaba, se me perdió?”, le sonrío y le digo, “haciendo algunas cosas, pero luego regreso, saludos”.
Salgo y activo mi celular en una transmisión en vivo, luego de decir unas cuantas palabras, lo apago al salir de las instalaciones, satisfecho con el trabajo realizado.