Isaac Guerra
Si había alguien en el boxeo que vio nacer, crecer, desarrollarse y llegar a ser campeón del mundo a un pugilista regiomontano, ese era el ingeniero Humberto Treviño, quien este jueves tuvo su cita con el creador.
‘”Beto” Treviño, como se le conocía en el ambiente boxístico amateur del estado de Nuevo León, réferi internacional e ingeniero de profesión, también era conocido como ‘El Torero’, era un personaje muy querido por toda la comunidad boxística, siempre con una sonrisa a flor de labios y muy alegre, buscaba la armonía y evitaba los conflictos, era un catalizador para hacer que los problemas se solucionaran satisfactoriamente.
Beto a todos les tendía la mano, vio a muchísimos peleadores que pasaron por el sector amateur y a algunos los vio cumplir sus sueños de ir a unos Juegos Olímpicos, casos de Javier Camacho Gómez, Guillermo Tamez, Francisco ‘Güillo’ Martínez y Lindolfo Delgado.
Muchos han externado sus condolencias a la familia, pues no es para menos, Humberto dejó un gran legado, pero en especial hubo alguien que escribió algo muy cierto, ese hombre llamado Víctor Manuel Taylor Gerardo, puso lo siguiente: “Hay muy pocas personas en el trayecto de la vida que brillan con una luz muy particular y que siempre generaba una buena vibra a su alrededor”.
Siempre se le vio cantando alegre en los eventos de boxeo, se le recuerda en el Centro de Espectáculos El Jefe, cuando tomaba el micrófono y se ponía a cantar a capela, bailaba y las fotos con él no se hacían esperar. contagiaba a la gente, era amigo del amigo y la persona ideal para llegar a ser presidente de la Comisión de Boxeo de Monterrey, inclusive antes de que se nombrara al actual titular, estaba en la lista de candidatos que fueron Javier Camacho Treviño, Humberto Treviño, Miguel Vargas y Sergio Hernández.
Sin embargo, Beto amablemente dijo, “Muchas gracias por considerarme, se los digo con humildad, gracias por incluirme y haber pensado en mí, pero yo me quedo aquí en el amateur”.
Hoy se fue Beto, ya descansa en paz, allá en la gloria de Dios, en la eternidad, donde seguro llegó cantando y bailando, arrancándole una sonrisa al creador, pues aquí cumplió su labor dejando un gran hueco en el corazón de todos los que le conocimos y le tratamos.
Gracias, Beto, gracias por tu amistad, gracias ‘Torero’, hoy sales de esta vida en hombros y por la puerta grande.
Boxaldia.com y su equipo de colaboradores se solidariza con su familia por tan terrible pérdida.