Isaac Guerra
El triunfo de Dmitry Bivol ante Saúl ‘Canelo’ Álvarez fue un duro golpe de autoridad en la mesa por parte de Rusia ante el Continente Americano, en especial sobre Estados Unidos con quien prácticamente son nulas las relaciones diplomáticas después del conflicto bélico con su aliado Ucrania.
Existen rumores que alrededor del equipo de Bivol llegaron desde dos semanas antes de la pelea ante el mejor libra por libra del mundo, emisarios rusos enviados por el gobierno de Vladimir Putin, para hablar con el peleador y su equipo de trabajo y darle instrucciones precisas del Kremlin de Moscú.
Trascendió que la supuesta orden fue clara: “tienes que ganar”, le manifestaron que el dinero era lo de menos, y que el gobierno ruso le pidió lo siguiente: “pelea por tu patria, por tu país y serás muy bien recompensado”.
El acuerdo que tuvo por el sueldo con el mexicano estaba por demás, lo que ganara no se comparaba en nada con lo que le iban a dar al ganar el combate, pues el máximo jerarca ruso había sido categórico.
Esa narrativa resulta lógica, pues Bivol debía ganar, era el momento justo, la pelea del orgullo, ganarle al mejor libra por libra, al mejor del mundo en todas las divisiones, el hombre del momento, Rusia tenía que levantar la bandera en suelo norteamericano y eso no tenía precio.
Según la historia, los emisarios estuvieron ahí alrededor del ring, Bivol lo sabía, volteaba en los primeros asaltos a verlos durante el combate hasta que finalmente ante semejante presión se concentró y empezó a ganar el encuentro y al mismo tiempo adjudicarse otra bolsa millonaria muy superior a la que recibiría por la pelea.
Y así fue, Bivol salió a ganar y aunque no tocaron el himno de su país, ni siquiera anunciaron de que nacionalidad era, ni le dejaron salir con la bandera rusa, al final con todo en contra salió a cumplir su misión en el ring, ganar la pelea ante el mejor peleador del mundo.
Así, Rusia festejó la proeza que se dio en la T-Mobile Arena de Las Vegas, junto con ‘El Día de la Victoria’, que se celebra cada 9 de mayo, siendo el festejo más importante de los rusos tras ganar la guerra contra Alemania.
No es la primera vez que un país utiliza este tipo de encuentros boxísticos como propaganda sobre el país enemigo de la nación y eso se dio también el 19 de junio de 1936.
En ese entonces, el invicto Joe Louis se enfrentó en un gran duelo sobre el alemán Max Schmeling, perdiendo por la vía del nocaut a los 2 minutos con 29 segundos del round 12, en el Yankee Stadium, en el Bronx de Nueva York, en el estado que presume la Estatua de la Libertad, símbolo de los Estados Unidos.
Ese triunfo de Max, sirvió para que Joseph Goebbels, ministro de Propaganda de Alemania, proclamara que la victoria de Schmeling era un triunfo para Alemania y el hitlerismo.
Esta vez, el triunfo de Bivol, se vuelve algo similar para Rusia, por haber logrado una importante victoria, tanto así que el peleador fue recibido como héroe en su país.
Han trascendido demasiadas historias después de la sorprendente victoria del ruso Vibol en suelo americano ante Saúl ‘Canelo’ Álvarez, -quien por cierto éste es más querido en ese país que en su propia nación- pero esta en especial, por el duro y contundente golpe bélico y de poder que deja, ¿será solamente una fábula más o una realidad que refleja a gran escala el magno conflicto bélico del Kremlin con Ucrania y un fuerte mensaje de autoridad a su más fuerte aliado de ésta, los Estados Unidos de Norteamérica?
Y ya que a este medio no le consta nada de lo antes narrado, lanza una pregunta al aire a todos sus lectores: ¿es verdad o una historia más de ficción ante la sorprendente victoria del ruso en suelo americano?