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Emotiva plática del «Terrible» Morales

José Antonio Soriano
Los jóvenes internos de la clínica para el control de adicciones Hacienda Nueva Vida, fueron testigos de la presencia del ex cuatro veces campeón mundial en igual número de divisiones, Érik «Terrible» Morales, quien con sus palabras, alentó a los presentes a que busquen el camino del éxito, y dejen el consumo de cualquier vicio que afecte su salud tanto mental y física, que ha destrozado muchas familias.
El ex pugilista tijuanense relató sus triunfos como campeón del orbe, así como sus tropiezos, entre los que destacó, una fuerte depresión con la que tuvo que superar, y que lo orilló a tomar terapias motivacionales para volver a encontrarse consigo mismo y así querer con más fuerza la vida.
«Ustedes (se dirigió a los internos) piensan que están bien. Que estar con dos semanas o un poco más, van a estar bien. El rival más difícil es uno mismo. El levantarse a trabajar, luchar, esforzarse, es una disciplina», explicó el orgullo de Tijuana.
«Viví en un barrio duro de Tijuana, donde conocí gente que robaba para drogarse, muchos de ellos murieron, otros más deambulan. Se les terminó su vida. Ver cruzar a la gente a la frontera es duro, muy duro. Agradezcan que estén en este centro de rehabilitación con vida y ojalá ganen esta batalla», abundó.
Morales (52-9-0, 36 KOs), quien fuera un gran boxeador y ganador de los campeonatos mundiales en las divisiones supergallo, pluma, superpluma y superligero, manifestó que su rival más fuerte fue la depresión en la que cayó, pero supo reponerse y derrotar.
«Después de la pelea contra David Díaz por el título mundial de peso ligero, donde perdí, pero me sentí robado, caí en una depresión donde no quería salir de casa, subí más de cien kilos, problemas familiares, hasta que empecé a ir a una escuela de vida para salir de los problemas. Me divorcié, creyendo que era lo peor, pero veo a mis hijos a quienes adoro», precisó.
«Mi papá José Morales, en paz descanse, también tuvo problemas con el alcohol. También lo internó en las pláticas de vida, y cuando salió, le dije ´vamos por mi cuarto título mundial´, a lo que mi papá dijo ´pues vamos´, y lo logré».
Con mucha atención, los jóvenes internos escuchaban las palabras del gran tetracampeón mundial, a quien les aconsejó que si quieren triunfar en la vida, primero tienen que estar en paz con su persona y familia.
«Claro que se puede tener éxito, solo hay que buscar el camino, las formas y estar con Dios. Mi mamá a los 45 años se tituló de abogada y nos demostró que se puede triunfar sin importar la edad. Un sueño se tiene que construir, creer en uno mismo, perseguirlo. Muchos de ustedes se sentirán incomprendidos, pero son especiales. Los invito a que dejen las drogas, porque después quizá, no los vea aquí, si no en una cárcel o peor, en un panteón. De la mano de Dios podemos hacer muchas cosas, y más con salud», remató.