Durante semanas Charlie Edwards visualizó la noche del 22 de diciembre. Estaba seguro que lograría coronarse como campeón mundial pues para eso estuvo trabajando durante mucho tiempo.
Uno de sus más grandes motivos para dar el extra que le permitió coronarse, fue la promesa que le hizo a su madre Terry, quien había estado en silla de ruedas desde hace tiempo por algunos problemas delicados de salud.
Edwards, de 25 años, (14-1, 6 nocauts) comentó: “Cumplí mi sueño de ser campeón mundial pero no me detendré aquí. Soy una de esas personas que siempre miran lo siguiente. Voy a continuar cosechando triunfos”.
Al término de la pelea, Edwards fue con su madre para entregarle el cinturón de campeón mundial que le había prometido que ganaría. Esto resultó muy emotivo pues la señora Terry fue dada de alta sólo unos días antes del combate de Edwards.
“Cuando se enfermó, me hizo prometer que nunca renunciaría a mi sueño, no importa lo mal que se ponga.
Ella dijo: “algún día vas a ser campeón del mundo” y le prometí que le llevaría el cinturón en cuanto lo ganara”, comentó Edwards.